viernes, 21 de octubre de 2011

¿Como Se Forma un Lider?


Los líderes son necesarios para cualquier actividad u organización humana. Siempre habrá alguien que se ponga la mochila al hombro. En esta nota, te contamos cuáles son las características principales que debe tener un líder, cómo formarlo y algunos casos de jóvenes que lograron liderar en importantes proyectos. ¿Líder se hace o se nace?
El liderazgo es una disciplina importante ya que a lo largo de la vida es necesaria la capacidad de aunar los esfuerzos de un grupo de personas en pos de una determinada visión u objetivos. Por eso, a pesar de que hay aptitudes innatas en las personas, conocer casos exitosos y consejos de especialistas nos puede servir para aprender a liderar, ya sea en el trabajo, en las relaciones o en cualquier ámbito de la vida.

¿Se hace o se nace?

Después de años de debates todavía no está cerrada la cuestión. Puede decirse que es un mix porque hay aptitudes innatas, que facilitan el ejercicio del liderazgo. Igualmente, es algo que puede aprenderse; en la actualidad hay variadas herramientas que lo posibilitan. Roberto Mizrahi, Presidente honorario de la ONG Sur Norte Inversión y Desarrollo, sostiene al respecto: “Hay personas que tienen condiciones naturales para ejercer el liderazgo en los grupos en los que participan; algunas de ellas desarrollan y fortalecen esas condiciones y ese potencial llega a materializarse. Hay otros casos en los que esto no ocurre”.
Cuando hablamos de circunstancias, nos referimos a personas que, por las posiciones de mando que ejercen –ya sea en una empresa, iglesia o club- tienen la obligación o necesidad de liderar. Es allí cuando se ve a aquellos que tienen capacidades. “La trilogía de condiciones naturales, esfuerzo y circunstancias son factores que explican la emergencia de un líder”, explica Mizrahi.
Alejandro Altman, quien se desempeña como coach, sintetizó: “Pueden ocurrir las dos cosas. Aquel que tiene una predisposición genética, tuvo experiencias singulares en su infancia y modelos de liderazgo positivos puede tener características innatas de líder. Siempre es necesaria la formación, autoconocimiento y mucha experiencia. Al mismo tiempo, aquel que no tiene actitudes innatas puede convertirse en líder gracias a su formación, al contexto donde se desenvuelve o quizás porque no tiene opción”.

Aptitudes y actitud

“El liderazgo es algo complejo y tiene muchas facetas: respeto, experiencia, fuerza emocional, destreza en las relaciones con las personas, disciplina, visión, impulso y momento oportuno. Aprenden de su gente, sus sueños, lo que es importante para ellos, y luego dirigen en lo que han aprendido”, sugiere John Maxwell, autor del best-seller “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo”. El carácter suele ser muy importante a la hora de tratar con personas. Un ejemplo simple: no es lo mismo decirle a alguien ¡Andá para allá!, que convencerlo de las bondades que le generaría ir para ese lado. El mal carácter genera muchas veces un rechazo instantáneo. Los verdaderos líderes convencen, son magnéticos, atraen por sí mismos y son capaces de influenciar. Altman sostiene que hay tres características que no tienen que faltar en un líder: “humildad, sinceridad y ganas de aprender”. “Y obviamente, saber de la temática en la cual se lidera”, agrega.
Hacer sentir a los terceros que son escuchados y comprendidos, suele ser un motivo por el cual las personas se identifican con el líder. El respeto, lealtad, empatía y confianza son valores fundamentales que deben ser aplicados a la vida cotidiana y a las actividades profesionales.
“Según la actividad en la que se desee liderar, se necesitarán diferentes capacidades: fuerza física o política para imponerse o disuadir, habilidad negociadora para alinear intereses detrás de los objetivos adoptados, capacidad intelectual para convencer a seguidores, articular una visión con una estrategia que quienes lo siguen estiman realizable, capacidad para establecer acuerdos o alianzas que le permitan acumular fuerza para poder generar condiciones de viabilidad a sus propuestas o proyectos, o autoridad (moral, por trayectoria, por temor, por ilusión, por saber interpretar un anhelo colectivo) para imponer su propia perspectiva”, sostiene Mizrahi.

Divino tesoro

Estamos en una sociedad dónde no se fomenta la participación política, gremial, empresarial o educativa. Esto hace que los jóvenes no tengan demasiados espacios donde actuar. Pero no todo está perdido: hay numerosas organizaciones que se dedican al fomento de los liderazgos juveniles, como laAsociación Conciencia mediante el Modelo de Simulación de la ONU, la JCI que aporta a los jóvenes la posibilidad de ser directores de diferentes proyectos y aprender a trabajar en equipo, Creando Futuro con cursos sobre la materia. Hay muchas otras organizaciones dedicadas a fomentar espacios donde se formen futuros líderes.
Algunos consejos para quienes quieren liderar: “Vale aprender a escuchar, que es mucho más difícil que aprender a hablar”, dice Mizrahi. “También desarrollar la capacidad de tomar la iniciativa cuando estemos listos; reflexionar y buscar –en todo lo que sea posible- significación a los momentos y a lo que emprendemos”, agrega. En ese sentido, recomienda hacerse algunas preguntas: ¿qué perseguimos?, ¿porqué lo hacemos?, ¿qué comprometemos en la iniciativa?, ¿esto hace a mi rumbo o tan solo reacciono a oportunidades que se cruzan? “El liderazgo enriquece y permite crear el mundo que imaginamos. Pero también compromete energía e implica encarar riesgos y desafíos: es imprescindible saber evaluarlos”, concluye Mizrahi.
Al respecto, Maxwell sostiene: “Para ganar la confianza de los demás, el líder debe ser ejemplo de las siguientes cualidades: aptitud, conexión y carácter. Determinar prioridades es algo que los buenos líderes siguen haciendo, en cualquier ámbito en el que se desempeñen. Esto significa que piensen con anticipación, que puedan ver cómo las cosas se relacionan con la visión general. Por último dar prioridades nos hace hacer cosas que por lo menos son incómodas y de vez en cuando sumamente dolorosas”.

¡Líderes en acción!

Elisabet Báez, rosarina, es estudiante de Ciencias Económicas y trabaja ocho horas diarias en una empresa de logística. Siempre estuvo preocupada por las cuestiones sociales, especialmente en aquellas áreas en que los gobiernos de turno no alcanzan a cubrir todas las necesidades. Un ejemplo de esto son las personas sin techo, cuya situación se agrava en épocas invernales, cuando deben dormir a la intemperie, sin ningún resguardo.
Elisabet se sensibilizó ante este problema y decidió ponerse en acción: fundó “Sol de noche”, una organización que empezó sus actividades en junio de 2007, después de que ella sintiera la necesidad de hacer algo para que la gente sin hogar tuviera un lugar donde refugiarse en el crudo invierno.
Pero el proceso fue anterior: envío algunas cartas de lectores al diario de la ciudad, tras lo cual se fueron sumando personas interesadas en la problemática. En poco tiempo el equipo de trabajo ascendía a 20 personas. “Hoy en día estamos alquilando un local de forma particular, somos más de 40 los voluntarios del refugio y son más de 20 las personas que asisten por día. Se les brinda merienda, desayuno, cena, ropa limpia, duchas con agua caliente y contención. El proyecto se sustenta económicamente con donaciones particulares, socios y peñas que se hacen para juntar fondos”, resume Elizabet.

Una vuelta de tuerca

Peter Senge plantea un cambio de paradigma respecto a la forma de concebir las organizaciones y el liderazgo. En su best-seller “La quinta disciplina” sugiere: “En una organización inteligente (es decir, en la que todos sus integrantes y la organización como un todo son capaces de aprender constantemente) los líderes son diseñadores, guías y maestros. Son responsables de construir organizaciones donde la gente expande continuamente su aptitud para comprender la complejidad, clarificar la visión y mejorar los modelos mentales compartidos; es decir, son responsables de aprender. Son asimismo, responsables de diseñar mejores procesos de aprendizaje por medio de los cuales la gente pueda enfrentar de manera productiva las cuestiones o situaciones a las que se enfrenta y desarrollar su maestría...Adoptar esa postura constituye el primer acto de liderazgo, el principio de inspirar (literalmente, “insuflar vida”) a la visión de las organizaciones inteligentes....”
El liderazgo debe añadir valor a los demás, ayudar a las otras personas a avanzar. Necesita una alta cuota de sensibilidad y tener en cuenta que las emociones están presentes también en el ámbito laboral. Siempre y cuando la visión y objetivos sean loables, esta disciplina tiene trascendental importancia, ya que nos permite consensuar intereses e integrar a los equipos de trabajo mejorando el desempeño de las personas, su eficiencia y productividad.

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